生き甲斐 En busca de mi IKIGAI: artesanía en flores secas y preservadas

Soy Luisa, la fundadora del proyecto “Ikigai, flores secas y preservadas”. Mi intención con este blog es haceros partícipes de cómo llegué a este proyecto, mi ikigai, el arte japonés de vivir con un sentido; decorar con flores me hace feliz, puede hacer felices a otros y me hace sonreír a la vida cada mañana: https://www.japonal.com/l/ikigai/?utm_source

Desde pequeña me gustaban las flores, especialmente cuando salía al campo y las  cortaba con la intención de secarlas para conservar un poquito más tiempo su belleza y su esencia (en aquella época no existían todavía las flores preservadas y cuando se secaban de esta manera perdían gran parte de su colorido y frescura) y ahí quedó todo.

Años después, me dediqué a desarrollar trabajos tan diversos entre sí, que no acertaba a llenar esa ansia de creatividad que fui descubriendo con el paso del tiempo; los acepté por necesidad, sin disfrutar plenamente de estos, hasta que en 2015 tomé consciencia de que lo que movía mi vida era la pasión por crear pequeñas cosas. Empecé a descubrir que ese era mi hobbie, reconociendo en mí a esa pequeña que no era consciente del efecto terapéutico que provocaba en ella toda la creatividad. El hacer algo de manera artesanal era lo que me permitía sacar algo bonito de la nada. Fue entonces cuando empecé a redescubrir las flores secas, con un nuevo proceso por el que ya podían permanecer llamativas y coloridas a pesar del paso del tiempo.

En aquel tiempo entretejía las flores secas en diademas, tocados, coronitas para comunión…pero todavía no era mi momento, aunque sí que estaba en el comienzo del camino que me iba a llevar a mi ikigai. Entonces pensé en adaptar creaciones al formato digital y comenzar por fin a dar salida a esa creatividad, pero nuevamente las obligaciones familiares me condujeron a realizar diversos trabajos, especialmente de cara al público, algo que siempre me ha gustado, pero que no me permitía sacar todo lo que llevaba dentro, sin embargo, fue todo un aprendizaje que agradezco.

“La pandemia por COVID me hizo consciente de la necesidad de crear artesanía en flor”

Con el pasar de los años llegó la pandemia, el confinamiento, el miedo y la imposibilidad de reunirme con mi familia, al no poder cambiar de comunidad, pero, al vivir en una zona de montes y vegetación extraordinaria, me sirvió para apreciar más mis paseos por el campo, respirar aire puro y sentirme viva entre las flores y las plantas. De esta manera, comencé a seleccionar materiales, a combinarlos artísticamente hasta crear coronas de decoración para interiores, totalmente artesanales, en las que entretejía ramas y frutos recolectados en el campo hasta lograr que el resultado fuera artístico, creativo, reconfortante para mi alma.

En este punto de inflexión mi capacidad creativa me salvó, pues la pandemia por COVID me hizo consciente de la necesidad de crear con flores, al darme cuenta de cómo me llenaba. Era una actividad terapéutica que no quería perder y decidí enfocar mi mente en ello para conseguirlo, especialmente al descubrír las flores preservadas…

¡Por fin podía mantener totalmente la belleza de las flores en mis creaciones y estas dejarían de ser efímeras! En este desbordamiento emocional tomé la decisión de cambiar aspectos de mi vida que no me dejaban ser, que me alejaban de mí misma, para encontrarme por fin y poder crear, cumplir mi sueño de trabajar desde la vocación y la creatividad, por lo que tomé la decisión de ir saliendo poco a poco de esa maraña de obligaciones y prepararme para el cambio. Las coronas de navidad que hice llegar a mis familiares fueron la mejor demostración de amor que pude ofrecerles…

Y llegó el día del emprendimiento en artesanía floral.

Estos dos últimos años me he ido formando y mejorando en técnica poco a poco; he ido descubriendo cómo se pueden unir mis dos pasiones: la decoración y el desarrollo de mi creatividad con algo tan bonito y duradero como son las flores  preservadas, y todo ello de manera artesanal, con la convicción de que puedo dejar parte de mí en el proceso, como una forma de apertura al mundo, de comunicación íntima desde mis anhelos más profundos a través de una artesanía floral que se ha mantenido históricamente  desde tiempos inmemoriales: https://arteyalgomas.com/2020/05/07/arte-floral-la-magia-de-las-flores-y-sus-protagonistas/7

Hoy tengo 51 años y más que nunca tengo la convicción de que “nunca es tarde si la dicha es buena”, como dice la sabiduría popular. Desde esta premisa me abro por fin a la expresión de la creatividad, del saber hacer con mis manos, desde la humildad, pero desde una ilusión infinita. Ahora apuesto por un proyecto que me deja ser yo, dar a los demás un poco de mí, con el que espero llevar la felicidad en pequeñas dosis, transformada en creaciones florales que pueden ser lucidas en vuestras casas o convertirse en un regalo para vuestros seres queridos.

Gracias a las flores preservadas, combinadas o no con flores secas, se puede volver a la contemplación de lo natural con los ojos de la niñez, dándoles una larga vida simplemente con ilusión y con las manos, con diseños florales propios, pues, como dijo una vez el diseñador italiano Harry Bertoia, “la necesidad de hacer un buen diseño es la misma que la de seguir viviendo”. 

Por fin tengo la ilusión de vivir cada día con este propósito de vida, ya que he encontrado mi ikigai, aquella vocación donde confluyen lo que amas, lo que se te da bien, lo que el mundo necesita y aquello de lo que puedes vivir, pues no hay mejor anhelo que aquel que puedes convertir en realidad; el mío lo tengo entre las manos cada día y os lo ofrezco en forma de artesanía en flor…